sábado, 6 de mayo de 2017

GANADOR MICRORRELATOS "JÓVENES Y EUROPA"

¡¡ Enhorabuena al ganador del microrrelato con más "me gusta" en el cartel de Facebook "Jóvenes y Europa" : Cabrera Alpha !!
El 9 de mayo #DíadeEuropa se entregará el premio en el Espacio Joven de Palma del Río.

LA JOYA A VISTA DE PÁJARO
Ella no sólo lleva cientos, miles, quizás millones de años forjando su complicada silueta en el globo. Buscándose un lugar entre las extensas masas marinas de agua en movimiento. Dibujándose océanos oscuros y mares turquesas a su alrededor. Encontró su sitio en el Norte de África, al sur del Polo Norte. Levantó mesetas, llanuras y montañas hasta encontrar su sitio y nombrarse a sí misma; Europa. Nos conocimos junto cuando abrí mis ojos por primera vez. Me juraron que había nacido en un continente moderno, próspero, antiguo y vintage al mismo son. Pronto, muy pronto, descubrí todo eso, parte del viaje y mucho más. Comencé. Alcé mis alas, y a vista de pájaro pude divisar la Península Ibérica. Tras atravesar las playas kilométricas de España y adentrarme llegué a Madrid. Ahora puedo divisar sus tejados de pizarra negra y los ángeles y Dioses que culminan sus imperiales edificios de la urbe. La tiñen de un neoclasicismo elegante. La ciudad, capital, poderosa y afrancesada sigue viva día y noche. Seguí mi ritmo, entusiasmado, y mi siguiente parada fue el Gran Londres. ¡Oh! Capital milenaria de tu isla, ciudad fundada por los Romanos. Que a pesar de atravesar este manto gris encapotado de tu cielo, puedo ver tus extensos y frondosos parques, la serpentina de agua que discurre la ciudad con decenas de puentes y la vida y el color de la capital económica europea. Sin duda, uno de los mayores símbolos de poder de nuestro continente. Apenas podía cansarme, porque a medida que más descubría, más fascinante me resultaba el vuelo. Otras horas de trayecto me llevaron a la antigua capital del Imperio. Anclada en la península Italiana. Roma, la ciudad eterna, tenía un hueco para mí. Digno es el hombre de admirar todo aquello ha sido capaz de hacer. La Catedral de San Pedro del Vaticano, la más grande del mundo o el espeluznante Coliseo. Todo a ritmo de cláxones, adoquines y esos pinos, mediterráneos, que bordan su personalidad. Decidí parar unos días. Pero todo esto fue un preámbulo, un simple vuelo a vista de pájaro. Aún no puedo imaginar cuanta riqueza y singularidad me queda por descubrir. Fue entonces, cuando acerté y asentí. Sí, he nacido en el continente más interesante del mundo.

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